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La historia de la alpaca

Los Incas concedieron una importancia especial a  la alpaca, sacrificar una alpaca al amanecer, al mediodía y atardecer servía para apaciguar a sus dioses. Los Incas comprobaron que la alpaca era capaz de producir 22 colores diferentes. En la sociedad incaica, permitieron solo a tejedores especialmente designados tejer la fibra de alpaca.  La ropa confeccionada con fibra de alpaca era signo de status social y era reservada exclusivamente para los miembros de la familia real y los más altos funcionarios del Imperio Incaico.

Las alpacas eran atesoradas como el animal más importante para la civilización Incaica. Eran  una parte integral de la vida cotidiana en la región andina, los animales fueron utilizados para confeccionar prendas de vestir, fertilizantes, combustibles y carne, así como un medio de transporte.

Los textiles eran muy importantes para el Imperio Incaica porque tenían un significado religioso y social. Un pedazo de tela o ropa se consideraba que era el regalo más preciado. Solamente a los soldados, representantes religiosos y a los ciudadanos que se habían distinguido por servir al Imperio Incaico se les dio vestiduras en señal de agradecimiento. Los incas también consideran que los textiles tenían “poderes mágicos”.

Cuando los conquistadores españoles llegaron al Perú buscando “El Dorado” no se dieron cuenta que delante de sus ojos tenían  “el Oro de los Dioses”, como llamaban a la fibra de la alpaca.

Rumores. Desde que se descubrió el Nuevo Mundo había habladurías  acerca de un lugar, un reinado muy rico, escondido, denominado “El Dorado” , lugar se creía estaba repleto de tesoros. Los rumores dieron paso a la leyenda.

El mito de una ciudad fabulosa donde las calles y las construcciones eran adoquinadas y levantadas con oro. Un lugar adornado con metales preciosos y donde abundaban tanto estos minerales que sus habitantes no les daban la más mínima importancia.

Los conquistadores españoles creyeron encontrar El Dorado en Perú. Cuando entraron victoriosos en Cuzco, se quedaron admirados ante el brillo que desprendían algunas edificaciones. Los soldados estaban convencidos que habían encontrado el lugar lleno de tesoros mencionado por los marineros del mundo. No había puerto donde no se oyese hablar acerca de historias sobre El Dorado, no había marinero que no hubiese soñado con poder acceder al lugar de las riquezas escondidas.

Al principio, los conquistadores actuaron con prudencia conocedores de ser unos pocos soldados en un mundo que les era hostil y que era muy superior a ellos en número de personas. Pero el resplandor del metal los cegaba y acabaron corriendo nerviosos de un lado a otro llenando sus alforjas. Durante días saquearon la ciudad, desprendieron las láminas  que cubrían el Templo del Sol guardando en sus bolsas la mayor cantidad posible de metal y se llevaron todas las estatuas de plata adornadas con piedras semipreciosas que encontraron a su paso.

Mientras centraban su atención en los metales, despreciaban lo que tal vez era el mayor tesoro incaico: las raras y lujosas telas de fibra de Alpaca.

Los incas, decidieron llevarse lejos de Cuzco los rebaños de alpacas, lejos de las manos codiciosas de los extranjeros. Los mejores sementales fueron enviados a las montañas más recónditas, a los valles mas escondidos, lo más lejos posible de los conquistadores. Caravanas de alpacas salieron de la capital del Imperio incaico para impedir que los soldados extranjeros pusieran sus manos en ellas. Los incas hicieron todo lo posible para que el legado de las alpacas no fuese descubierto ni utilizado por los conquistadores.

Los incas cuando vieron que sus alpacas eran masacradas por los conquistadores, actuaron rápidamente y realizaron todo lo que estaba en sus manos para que el legado ancestral de la lana de alpaca perdurase hasta nuestros días.

En la civilización inca, a la lana de alpaca se la denominaba  “la fibra de los Dioses” y era considerada como un tesoro que debían proteger de los conquistadores. Ese tesoro, fue utilizado a mediados del Siglo Veinte por la NASA quién utilizó la resistente fibra de la alpaca para vestir a los astronautas al principio de la conquista espacial.

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